La Nación Jeff Bezos 2.0: nueva esposa, nuevo trabajo, vieja visión
12/07/2025
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A los 61 años, el fundador de Amazon redefine sus prioridades en los negocios sin abandonar su visión de largo plazo
Jeff Bezos vive según un principio simple: limitar la cantidad de cosas que uno desearía haber hecho de otra manera cuando llegue a los 80 años. A eso lo llama, con su habitual toque nerd, el “marco de minimización del arrepentimiento”. En 1994, ese marco lo llevó a dejar un cómodo trabajo en un fondo de inversión para fundar Amazon. También está detrás de sus grandes apuestas —desde el servicio de suscripción Prime hasta la computación en la nube con AWS— que convirtieron a Amazon en un titán tecnológico valuado en US$2,3 billones, y a él en una de las personas más ricas del mundo. También explica por qué hace seis años dejó a su primera esposa, con la que estuvo 25 años, por la expresentadora de televisión Lauren Sánchez. Y por qué gastó, según estimaciones, unos US$50 millones para alquilar Venecia durante tres días para su fastuosa boda que comenzó el 26 de junio, pese a las críticas previsibles contra los excesos de los ricos. En busca de los obreros calificados: las fábricas de EE.UU. enfrentan el reto de encontrar miles de trabajadoresA sus 61 años, Bezos probablemente tiene una idea más clara que a los 31, 41 o 51 sobre qué cosas lamentaría no haber hecho cuando llegue a los 80. Para entender sus prioridades actuales, hay que mirar cómo distribuye su tiempo y su fortuna de US$240.000 millones.Una vez que vuelva de su luna de miel —cuyos detalles se mantienen en secreto, en contraste con lo estridente de la boda—, regresará a su otra gran pasión: Blue Origin. Bezos es fanático del espacio desde que vio el alunizaje del Apolo 11 en 1969, cuando tenía cinco años. En 2000 fundó su empresa de cohetes —con el lema “gradatim ferociter” (paso a paso, con ferocidad)— para abaratar los viajes espaciales con naves reutilizables. El objetivo final es permitir que la humanidad siga creciendo en el espacio, rico en recursos e imposible de contaminar, mientras la Tierra se preserva como una reserva natural del tamaño de un planeta.Hasta que se retiró como CEO de Amazon en 2021, Bezos reservaba medio día cada semana laboral (más las mañanas de los sábados) para convertir esa ciencia ficción en realidad comercial. Una de las razones por las que dejó Amazon, ha confesado, fue que Blue Origin avanzaba demasiado “gradatim” y no lo suficientemente “ferociter”. SpaceX, su rival con dos años menos de trayectoria, ya enviaba docenas de cargas útiles al espacio cada año. Blue Origin aún no había lanzado ninguna.En los últimos cuatro años, según él mismo reconoce, ha dedicado el 90% de su tiempo a Blue Origin. Es el dueño total de la empresa, pero no la dirige día a día. Esa tarea recae en David Limp, a quien Bezos “robó” de Amazon en 2023, donde supervisaba varios proyectos tecnológicos, como el asistente virtual Alexa, el lector Kindle y Project Kuiper, una iniciativa de internet satelital para competir con Starlink de SpaceX.Sin embargo, según personas cercanas, Bezos actúa como coCEO de facto y jefe máximo de resolución de problemas. Está constantemente buscando formas de hacer que las cuatro fábricas y siete oficinas de Blue Origin en Estados Unidos funcionen con mayor eficiencia. No sorprende, por ejemplo, que su mano implacable haya estado detrás de la decisión de despedir en febrero al 10% de la plantilla de 14.000 empleados. Al menos él no se arrepiente.ChatGPT vs. Gemini: la guerra silenciosa detrás del boom de los asistentes con inteligencia artificialTampoco parece haber muchos arrepentimientos en el resto del negocio. Hace dos años, Blue Origin recibió el contrato para desarrollar un módulo de aterrizaje para el regreso tripulado de la NASA a la Luna. En enero logró finalmente el lanzamiento inaugural del cohete New Glenn. Llegó a la órbita en su primer intento. Un segundo lanzamiento está previsto para agosto. Es posible que lleguen más contratos federales. Elon Musk, el volátil jefe de SpaceX, está deteriorando su relación con el presidente de Estados Unidos, mientras que Bezos ha buscado acercarse: lo invitó a su boda (rechazada) y ha suavizado el tono anti-Trump de The Washington Post, ¿Y el 10% del tiempo de Bezos que no se dedica a Blue Origin o a hacer lobby en su nombre? Amazon, donde sigue siendo presidente ejecutivo, está floreciendo bajo su sucesor elegido, Andy Jassy. The Washington Post parece cada vez más una distracción. En cambio, su principal “actividad paralela” hoy es el Bezos Earth Fund. Si Blue Origin apunta a hacer habitable el espacio en el futuro, esta fundación benéfica de US$10.000 millones busca mantener habitable la Tierra en el presente.Este deseo dual, de siempre, también comienza a teñir sus inversiones financieras, aunque no con la misma intensidad que su tiempo. La fortuna de Bezos proviene principalmente de su participación del 8,6% en Amazon, valuada en casi US$200.000 millones. Parte de ella se gestiona a través de su family office, Bezos Expeditions. Según PitchBook, administra unos US$108.000 millones, lo mismo que el fondo de pensiones del estado de Ohio.Las apuestas actuales de Bezos Expeditions parecen más arriesgadas —y útiles para una especie que busca conquistar el espacio pero aún quiere cuidar su planeta. Ha respaldado startups que desarrollan cerebros de inteligencia artificial para robots (Skild AI, Physical Intelligence), su fuerza mecánica (Rivr Technologies) y interfaces que conectan mentes humanas con extremidades artificiales (Synchron). Ha financiado General Fusion, que busca replicar la energía del Sol en la Tierra, y NotCo, que usa IA para producir carne a base de plantas. También invierte en Atlas Data Storage, que quiere almacenar información en ADN sintético en vez de silicio.Para algunos, todo esto puede parecer el capricho de un magnate en decadencia que no sabe en qué gastar su dinero. Pero se entiende mejor como un hombre viviendo su sueño de infancia, sin arrepentimientos.
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